Crónica viajera: capítulo 7

jueves, 6 de junio de 2013


Hoy al sol le costaba un poco aparecer por Saldaña, quizás tenía los mismos síntomas que gran parte del grupo viajero: algo de cansancio tras tres días de lucir con energía y sueño, ¡mucho sueño!

El día comenzó afortunadamente de modo rutinario, es lo bueno que tiene la rutina, que conlleva menos gasto energético; así que lo de siempre: desayuno, aseo (hoy como no hay discoteca llevó menos tiempo), arreglo de cuartos. Aquí sí que nos vamos a detener pues tuvimos una increíble e inexplicable experiencia, algunos no terminamos de entender las extrañas razones que hacen que la preparación de las maletas para los viajes de regreso es una tarea que no mola nada y además que no hay quien las cierre, parece que tras tres días han encogido, y eso que metemos lo mismo que cuando vinimos. En fin alguien nos apuntó que quizás tenía que ver con el orden, doblar bien la ropa y cosas de esas, pero vete tú a saber.

Hoy realizamos la última actividad, una gymkana multiaventura por equipos, muy divertida; fútbol, baloncesto, rocódromo, tiro con arco,... un poco de todo.

Y después nuestra última comida en el Albergue, toda una experiencia esta de comer fuera de casa para algunos de nuestros compañeros, que durante estos días han comprobado que deben trabajar más en casa eso de "comer de todo", por cierto la comida estaba riquísima, como de costumbre.

Y poco a poco sin darnos ni cuenta ya estamos subidos en el autobús, camino de La Olmeda para ver la Villa Romana, y después continuar viaje hasta casa, donde nos estarán esperando con los brazos abiertos, y la lavadora preparada, porque hay que ver la cantidad de ropa que podemos llegar a ponernos en tan solo cuatro días..



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